viernes, 11 de noviembre de 2011

De mediocre a excelente




Con frecuencia lo que marca la diferencia entre mediocridad y excelencia es cuestión de bien poco.

Puede que nuestros resultados sean generalmente “pasables”, lleguemos justito a cumplir expectativas y frecuentemente nos quedemos como un 10% por debajo de lo que realmente sería hacer “un buen trabajo”. Cuando esto ocurre de forma sistemática, puede que consideremos que lograr estos resultados sea algo normal y nos instalemos en la mediocridad de una forma consciente o inconsciente.


Por el contrario, cuando el resultado que obtenemos es aproximadamente de un 10% superior a lo esperado, pasamos de ser competentes y hacer “un buen trabajo” a ser “excelentes”.

De ello podríamos deducir que pasar de mediocridad  a excelencia, es cuestión sólo de un 20 %.

La diferencia entre estar un palmo por encima del agua o a un palmo por debajo es enorme. Pero lo que marca la diferencia, es probablemente menor de lo que nos imaginamos.

Generalmente, conseguir sobrepasar el 10% de la mediocridad, estriba en pequeñas acciones que potenciarán nuestro rendimiento y marcarán la diferencia.

He intentado sintetizar qué pequeñas cosas pueden marcar esta diferencia y al final he llegado a la conclusión que el motor de todas ellas, es la actitud.

Si añadimos una chispa de interés por superarnos a nosotros mismos, las pequeñas cosas fluirán automáticamente.

Si en vez de trabajar como autómatas, estamos atentos en mejorar, será cuando nos fijaremos en las rutinas que podemos eliminar, acortar o implementar. Percibiremos que sinergias podemos aprovechar y dónde existen puntos de palanca que nos puedan servir de catalizadores para avanzar más rápidamente.

Si adoptamos una actitud proactiva seremos más flexibles y nos adaptaremos a los cambios que se nos presenten en vez de resistirnos a ellos.

Si intentamos aprender y modelar a los que lo hacen mejor que nosotros podremos llegar a igualarlos.
 
Una chispa de interés en superarse nos puede hacer competentes, pero si a este afán de superación le añadimos aún algo más, como un 10% de creatividad, un toque singular, una nueva forma, un nuevo valor, seguro que nos encaminamos a la excelencia.


Que tengáis un buen día
Montse 


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6 comentarios:

  1. Hola Montse,

    estoy de acuerdo con tu artículo aunque me gustaría poner un pequeño "pero". Yo opino que evitar la mediocridad no es algo que dependa única y exclusivamente de cada uno. Es cierto que sí en un porcentaje muy alto, pero creo que el ambiente en el que te encuentres también influye y mucho. Es decir, si no encuentras motivaciones en tu ambiente laboral, si tienes que tirar del carro tú solo, si tus esfuerzos no se ven recompensados, es más difícil que te sientas motivado para salir de esa mediocridad.

    Un saludo

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  2. @Maria
    Es cierto que la motivación externa es un factor muy importante para incentivar la creatividad e incluso la excelencia. No obstante, en mi opinión, cuando la motivación externa no existe, habrá que buscarla en el interior. Mejor dicho, la motivación interior es el motor principal para salir de la mediocridad.Darle un toque personal a nuestra rutina, añadir valor a n/trabajo y salir de la zona de confort, nos diferenciará de los mediocres.

    Gracias por tu comentario, espero pases más veces por el blog.Saludos.

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  3. En cuanto he leído el artículo me ha venido a la cabeza la nota de un examen. El 10% de 10 puntos es 1 punto, ¡cuánta diferencia entre sacar un 4 y sacar un 6!

    Un saludo

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  4. @Luís José ¡Gracias por pasarte por el blog! Si, es un ejemplo claro el que expones. Un puntito o dos declinan la balanza y solo son eso, dos puntitos. Un abrazo.

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  5. gracias por su gran alluda

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    1. @Gustavo Ceballos : Encantada de que os sirva de utilidad el contenido del blog. Gracias por leerme. Saludos

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